AÑOS SANTOS EN CARAVACA

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El evento que supone el Año Jubilar caravaqueño tiene su base en un hecho religioso, cuya trascendencia se remonta a casi ochocientos años. La presencia de la Santísima y Vera Cruz en estas tierras desde el siglo XIII, cuyo origen oriental es harto comprobado, y en la que la tradición religiosa y la fe cristiana considera depositada una astilla del «Lignum Crucis» en que murió Jesucristo; guardada por los caballeros Templarios y, tras su desaparición, por la Orden de Santiago. Este hecho ha supuesto el desarrollo de un culto enraizado en el seno de la fe cristiana y admitido por la Iglesia Católica, hasta el punto de asignársele por el Vaticano (siglo XVIII) el culto de latría, equivalente al tributado al Santísimo Sacramento. Esta realidad trascendió los estrictos límites geográficos locales y nacionales, convirtiéndose Caravaca de la Cruz en un punto neurálgico y de referencia religiosa, teniendo su máximo apogeo en los siglos XVI, XVII y XVIII. Épocas en las que primó el auténtico carácter religioso de la Stma. y Vera Cruz, frente a otros atribuidos con posterioridad (mágico-religioso, supersticioso o esotérico que nada tienen que ver con el verdadero valor de la Stma. y Vera Cruz).

La fe generada en torno a la Santa Reliquia propició, fundamentalmente en los siglos referidos (y aún con anterioridad), verdaderas corrientes de peregrinación hacia su Castillo-Santuario desde los más diversos puntos de la geografía española, hasta tal punto que ya en pleno siglo XVI se hallaba establecido un hospital en la localidad (el del Buen Suceso), con el fin fundamental de atender a los referidos peregrinos. A modo de muestra del valor de las referidas peregrinaciones nos pueden servir los jubileos decretados en distintos años de los siglos XVI y XVII, con motivo de las diferentes festividades de la Cruz (mayo, julio y septiembre) o la solicitud concreta que dirigía la Cofradía de la Vera Cruz en 1663 al Papa Alejandro VII, para que se pudiera admitir en la misma cofrades de cualquier lugar de España, y en la que hace referencia a los peregrinos «…que frecuentemente concurren de toda la cristiandad a adorar a esta Santa Reliquia».

Tras un paréntesis en el tiempo en la celebración de Años Jubilares en torno a la Sagrada Reliquia, aunque no en su devoción, Su Santidad Juan Pablo II tuvo a bien conceder nuevo Año Jubilar a Caravaca de la Cruz en 1981, al conmemorarse el 750 aniversario de la aparición de la Stma. y Vera Cruz en Caravaca. Gracia que fue nuevamente concedida a Caravaca y su Vera Cruz en 1996 por petición de la Real e Ilustre Cofradía de la Stma. y Vera Cruz. Año Santo o Año Jubilar que se celebró del 1 de enero de 1996 al 1 de enero de 1997. Pero la noticia más grande para la ciudad y los devotos de la Vera Cruz estaba por llegar. En Febrero de 1998 se comunicaba oficialmente por parte del Vaticano a la Real e Ilustre Cofradía de la Stma. y Vera Cruz la concesión de Año Santo In Perpetuum en torno a la Stma. y Vera Cruz de Caravaca a celebrar cada siete años, siendo el primero el 2003.

Textos D. Gregorio Sánchez Romero.

decreto de concesión del año santo perpetuo al santuario de la vera cruz
decreto de concesión de año santo in perpetuum a la vera cruz de caravaca (versión en latín)
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